Existen determinados espacios, dentro de las ciudades, que aparentan sin más lugares ordinarios, en ocasiones abandonados. Sin embargo, algunos de estos espacios, conllevan una carga emocional extraordinaria. Son estos, lugares donde transcurrieron acontecimientos de nuestra historia contemporánea que todavía perduran en la memoria colectiva.
En uno de estos espacios se desarrolla el proyecto “Tierra de nadie”, que centra su atención en la porción de tierra inmediatamente pegada al muro que dividió Berlín durante casi tres décadas y que se llamó “franja fronteriza”, pero fue más conocida como “corredor de la muerte” o “tierra de nadie”. Esta porción de tierra en medio de la ciudad fue convertida en zona militar, y con más de 150 km de recorrido era transitada solo por soldados. En este espacio además de torres de vigilancia, “crecían” cercos con alarmas, terrenos que permitían rastrear huellas, alambres de púa, etc.
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© Juan Margolles
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