Europa 1973, una joven Marina Abramovic comienza a realizar sus primeras performance ante un público escaso, galerías de arte, pequeños festivales independientes de arte europeos. La artista comenzaba a poner límites a su cuerpo para expresar, a través de una casi desconocida disciplina, la performance, la resistencia física, los rituales, el gestos e incluso el dolor como recurso, para cuestionar los parámetros del arte y desafiar para siempre, la relación fundamental entre el artista y el público. Durante esos primeros años de carrera la artista serbia, desplegó un abanico de códigos que más tarde marcaron, de forma contundente, los siguientes 40 de años de su carrera.
© Early Works at Sean Kelly, New York. Cortesia: Sean Kelly
Ahora la galería neoyorquina Sean Kelly, se centra en esa etapa temprana y repasa con una exposición, los documentos fotográficos y las primeras filmaciones de los inicios de Marina Abramović entre los años 1973-1977. En la muestra titulada “Marina Abramović Early Works”, se presentan por primera una selección de obras, raramente vistas, en la que vemos a una Abramović que actúa en galerías y festivales de arte en toda Europa, ante audiencias muy limitadas, siendo una artista joven que ejercía la docencia, en la Academia de Bellas Artes de Serbia. Unas intervenciones que nos van descubriendo por primera vez los planteamientos y preocupaciones de la artista y el modo de abordarlos a través del cuerpo, el espacio y la acción.
© Foto: Installation view of Marina Abramović: Early Works at Sean Kelly, New York . Photography: Jason Wyche, New York. Cortesia: Sean Kelly, New York
En 1973, Marina Abramović desarrolla su intervención “Ritmo 10”, un juego con cuchillos que hizo que despertará el concepto de conciencia en el artista. Imitando el juego ruso de dar golpes rítmicos de cuchillo entre los dedos abiertos de la mano y repetir los mismos movimientos y errores, trataba de unir la conciencia en una metáfora entre el pasado y el presente. Actuaciones tempranas en las que Abramović, tanto en obras individuales como en colaboración con Ulay, desafió los límites de su fuerza, resistencia y fuerza mental. Es en su acción “Freeing the Body”, 1975, donde la artista desnuda con su cabeza envuelta en un paño negro baila al ritmo de un baterista africano durante un período de ocho horas, su energía se agota visiblemente hasta que se derrumba en el suelo. En estas primeras manifestaciones y en todas sus actuaciones siguientes, Abramović va más allá de los límites de la conciencia a través de actos rituales extremos. “Marina Abramović Early Works” nos invita profundizar en la mentalidad y el origen, de una de las artistas más influyentes del arte escénico contemporáneo.
FECHA: Desde el 10 de febrero al 17 de marzo
Eduardo Álvarez | Madrid | 15 de Febrero 2018