SABINE WEISS: HUMANISMO Y FOTOGRAFÍA

Sabine Weiss es la última representante de la escuela humanista francesa de fotografía junto a fotógrafos como Robert Doisneau, Willy Ronis, Édouard Boubat, Brassaï e Izis. La trayectoria de la fotógrafa suiza, es un ejemplo en cuanto a independencia y modo de abordar el oficio de la fotografía. En su opinión, la función del fotógrafo consiste más bien en dar testimonio que en crear, toda fotografía debe denunciar las injusticias y exponer alguna particularidad de la condición humana.

El trabajo de Weiss es poco conocido por el gran público por varios motivos, entre ellos la propia Sabine Weiss habría mantenido en secreto mucho de su trabajo en blanco y negro realizado en la década de los 50. A parte de esto, su obra tampoco ha gozado de grandes exposiciones, recordamos que su primera y última exposición individual en Estados Unidos tuvo lugar en el Art Institute of Chicago en 1954. No fue hasta hace poco que fue "redescubierta" en Europa gracias a una retrospectiva de 2016 en el Jeu de Paume en París. La exposición puso de manifiesto la diversa producción de Weiss como artista y la definió como la última representante de la Escuela de Fotografía Humanista Francesa.

© Nueva York, 1955 - Sabine Weiss

En 1946, un año después de finalizar la II Guerra Mundial Weiss se traslada a París para ayudar a Willy Maywald, el famoso fotógrafo de moda alemán. Allí conoció a su futuro esposo, el pintor estadounidense Hugh Weiss y comenzó a registrar en profundidad la vida cotidiana de la clase obrera parisina. Por aquella época también se relaciona con los círculos artísticos de la posguerra, permitiéndole fotografiar a personajes de la época como Georges Braque, Joan Miró, Alberto Giacometti, André Breton y Ossip Zadkine, y más tarde a numerosos músicos, escritores y actores.

En sus primeros años en París, trabajó principalmente como independiente, pero en 1952 fue contratada por Vogue como reportera fotográfica y fotógrafa de moda. También en ese momento, Robert Doisneau descubrió su fotografía y le pidió que se uniera a la agencia de fotografía humanista inclinada Rapho, dándole oportunidades para trabajar y viajar para muchas otras publicaciones como Time, Life, Newsweek y Paris-Match. En paralelo, Sabine Weiss realizaba trabajos más personales fotografiando niños que jugaban en las calles de su barrio de Porte de Saint-Cloud, así como el día a día de París, el metro o los mercadillos... Su mirada suave y comprensiva sobre los ciudadanos de su ciudad, siempre buscaba la belleza sencilla de esos momentos suspendidos, de descanso o de ensueño. Su obra está llena de luz, de juegos de sombra y de desenfoques.

© Moscú, 1961 - Sabine Weiss

A finales de la década de los 70, su trabajo volvió a ser el centro de atención gracias a un creciente resurgimiento del interés por la llamada fotografía humanista en festivales e instituciones. Este interés alentó a Sabine a volver a la fotografía en blanco y negro. Con más de sesenta años de edad, comenzó un nuevo cuerpo de trabajo personal inspirado en sus viajes por Francia, Egipto, India, Bulgaria o Birmania y en el que se puede observar un tratamiento más sentimental, centrando su atención en el pensamiento y en los momentos solitarios de la existencia humana. En la actualidad, a sus noventa y tres años, sigue con su curiosidad insaciable y una ligereza mental que le permite continuar su vida y su trabajo fotográfico. En los últimos años, Sabine Weiss ha dedicado su tiempo a exhibiciones que muestran el lado más humano de su trabajo.

¿Dónde ver ahora su trabajo?

Ahora el Centre Pompidou de Paris acoge la exposición “Sabine Weiss: Les villes, la rue, l'autre”, una exposición que recorre la obra de la artista suiza en un periodo que va desde 1945-1960, un retrato de los años confusos y precarios de la posguerra. A través de una selección de obras se ofrece al público una nueva lectura de las fotos de Sabine Weiss, perteneciente a una corriente injustamente percibida como «sentimentalista». La exposición “Sabine Weiss: Les villes, la rue, l'autre” nos ofrece un itinerario inédito por su obra a partir de sus propios archivos y fotografías que nos dan testimonio de un constante compromiso a favor de la reconciliación con lo real.

 

Eduardo Álvarez | Madrid | 4 de Julio 2018

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