Sería imposible comprender el mapa geopolítico y económico mundial actual, sin recurrir por un instante a la memoria de la guerra. Si hiciéramos un breve repaso por los últimos 20 años de la historia de occidente y de oriente, es fácil diagnosticar que los conflictos de hoy, ya fueron sembrados en el pasado. Por muchas justificaciones, que utilizaron algunos para comenzar guerras, jamas se ha demostrado que pudieran resolver con eficacia cuestiones que exigieran una cierta profundidad.
Precisamente ahora el museo MOMA PS1 de Nueva York se pregunta y replantea con una exposición, cual es el sentido de la guerra –y como ese constante belicismo propio de EEUU– ha marcado para siempre la cultura occidental y la propia vida de generaciones enteras en el mundo. Siendo generosos, y haciendo solo un recorrido por los últimos 20 años de militarismo americano, la exposición “Theater of Operations. The Gulf Wars 1991–2011” nos presenta a través de más de 250 obras de 75 artistas invitados –entre los que se encuentran artistas iraquíes, kuwaitíes, y artistas occidentales que respondieron con su obra a las Guerras del Golfo– un relato sincero y vivido en primera persona sobre la devastación, el imperialismo y la muerte.
A través de un minucioso recorrido, la exposición analiza los diferentes legados que dejaron cada uno de los conflictos de guerra, que comenzaron en el año 1991 con la llamada Guerra del Golfo Pérsico, y que continuaron con la condena a Irak a más de una década de sanciones y la posterior invasión del país en el año 2003. Aunque la Guerra de Irak terminó oficialmente en 2011, los artistas han continuado indagando en las sinrazones de estos conflictos y sus consecuencias posteriores.
Hoy con una cierta perspectiva histórica, que nos ofrece los 20 años de distancia, podemos afirmar que precisamente esa guerra que comenzó un verano y que duró menos de un año, marcó para siempre la relación futura de los EEUU y Occidente con todos los países del entorno del conflicto. Esta guerra significó el comienzo de un conflicto, que se prolonga hasta el día de hoy con Oriente Medio.
Es propio de una mente infantil o idiotizada pensar que las guerras, no son más que movimientos de ejércitos sobre un tablero. Meras estrategias militares para imponer una determinada ley o justicia en un país concreto, y que por consiguiente las víctimas físicas y morales, no son más que un dato de compensación que se ven ajenas y muy lejanas a través de los medios de comunicación.
Las secuelas o los daños irreparables a millones de víctimas, es precisamente, lo que hace a toda guerra por naturaleza inútil. Muchos de los artistas que participan en esta muestra, también se han visto afectados en primera persona por esa devastación de la guerra, por esa imposición de la violencia, que les prometía una vida cotidiana mejor.
En muchas de las obras que componen esta exposición, también se puede observar la influencia de muchos artistas por un cambio cultural significativo e invasivo durante este período, incluida la sobre información, la llegada de internet y los nuevos medios militares. La amplia gama de perspectivas incluidas en esta exposición atestigua la existencia de las ricas tradiciones artísticas del Irak contemporáneo, y como artistas a día de hoy, siguen trabajando en condiciones de guerra, embargo y ocupación dispuestos a dialogar con aquellos que las promocionan.
Eduardo Álvarez | Madrid | 22 de Enero 2020
